La propuesta surgió a través de una iniciativa de los propios vecinos del barrio Parque Tres Lagos, quienes advirtieron como el avance de la vegetación invasora “ocultó” la laguna a la vista de locales y visitantes, que históricamente hacían un alto para observar este particular rincón de Bariloche que se caracteriza por estar en un proceso de cambio continuo según avanzan las estaciones del año.

Recientemente, la Delegación Municipal Lago Moreno colaboró de forma activa y eficiente en recuperar las visuales desde la ruta, mediante una labor de retiro de especies exóticas y poda de ramas caídas por nevadas, las cuales no solo devaluaban los aspectos estéticos del sector, sino que incrementaban exponencialmente los riesgos de incendio en temporada estival.

En esta nueva instancia se propuso a través de los fondos de la Ecotasa, poner en valor el sector como un punto más para la agenda turística del Oeste, recuperar la histórica “parada” en la laguna, e incorporar el avistaje de aves como un producto disponible para locales y visitantes.

“Esto se complementará con los emprendimientos gastronómicos de la periferia, potenciando trabajo genuino, mejor calidad de vida al residente y ampliando la diversidad de destinatarios de un sitio emblemático”, sostuvo David Natan, coordinador de las Obras financiadas con fondos de la Ecotasa.

El proyecto consiste en dejar un legado a las próximas generaciones, dando accesibilidad al espacio, brindando facilidades como asientos, cestos de residuos, cartelería informativa, acceso via QR a información en linea, ofrecer un par de mesas “tipo camping” para que las familias puedan compartir un momento, mientras los niños disfrutan del espacio.

Para tal fin, se proyectó realizar una estructura sencilla, resistente, con información clara, accesible y en sintonía con el entorno, replicando los conceptos ya desarrollados por el municipio en los miradores de Circuito Chico, pero con la escala adecuada al predio.

Tendrá zona de estacionamiento y un sendero entre el mirador norte y el sur, combinando tramos de madera con tramos de suelo, de forma de evitar la circulación peatonal por la calle Nahuel Huapi.

El sector está declarado por ordenanza como área “intangible”, para evitar que esa reserva fiscal tenga un destino no deseado por los residentes. Así es como la junta vecinal mantiene activo un convenio de administración y mantenimiento del espacio, cuidando el espacio mediante el aporte solidario de los vecinos.

La postal varía con una laguna llena de agua en otoño, el paisaje nevado de los inviernos, los días de extremo frio y los niños “patinando” sobre la laguna congelada, la primavera exuberante y las aves migratorias que anidan y crían sus polluelos, como así también el fenómeno de secado total en los veranos.

Esta laguna que “aparece y desaparece” dio origen a su nombre de “Fantasma” surgido de la imaginación de los chicos del barrio en la década del 80.