PANDEMIA
2 de julio de 2020
Los peloteros no aguantan la crisis y comienzan a cerrar
De los 16 que había en marzo, sólo quedan 11, y se están endeudando para poder sostener la estructura. Piden reabrir con grupos reducidos y con protocolos.
Los peloteros en la ciudad están atravesando una crisis sin precedentes en la historia comercial. En marzo pasado cerraron sus puertas al público con una gran cantidad de eventos programados para el resto del año, que no se pudieron hacer. Ahora la situación es incierta y muchos ya dieron el año por perdido. Otros, decidieron cerrar de forma definitiva y buscar otras alternativas para salir adelante.
En marzo pasado cuando comenzó la cuarentena obligatoria, las esperanzas de volver a abrir en poco tiempo aún era real, pero con el pasar de los meses la pandemia fue consumiendo esa posibilidad. Mientras, las cuentas corrientes siguen corriendo como si nada: la luz, el agua, el gas y los alquileres se siguen facturando, generando deudas que se vuelven impagables.
En el caso de Coloretes, el pelotero que funciona hace 10 años en calle San Martín al 55, es el fiel reflejo de la dramática situación. Sus propietarios son Juan Carlos Montecino e Iris Haurbol quienes además, tienen un jardín de infantes.
“Nosotros cerramos las puertas el mismo día que el Gobierno Nacional suspendió las clases porque entendimos que si los niños no podían ir a la escuela, menos podían venir al local. Teníamos muchas reservas, incluso clientes que pagaron el evento completo, y no se pudo hacer. Nos está afectando a nuestra temporada más fuerte, que es la del invierno, y lo peor es ni siquiera saber una fecha real para poder organizarnos”
Según relató, en mayó pasado los comerciantes se juntaron con el intendente y le expresaron su pesar, incluso presentaron un protocolo de seguridad y un plan de trabajo reducido para poder reabrir, pero a los pocos días la cantidad de casos aumentaron considerablemente y se agravó la situación. Ahora tienen sus fuerzas en poder, aunque sea, recibir una asistencia financiera, pedido que formalizarán mañana durante el segundo encuentro con Di Tella.
“En mi caso llevó cuatro meses de alquiler y pagando facturas de agua, luz y gas, por más que no tenga consumo, porque te cobran igual. Y no tengo ningún ingreso. En Cipolletti antes de la pandemia éramos 16 peloteros; hoy quedamos 11, y si sigue esta situación van a cerrar de forma definitiva cada vez más. Muchos están sobreviviendo vendiendo comidas, con costura y haciendo manualidades, porque no se puede mantener una estructura sin nada de ingresos. Además, cuando volvamos, vamos a estar llenos de deudas”, comentó.
Dijo que el viernes los recibirá nuevamente el intendente, y que los comerciantes además de insistir con el protocolo para la reapertura van a pedir una asistencia económica.
“La vez pasada pedimos reabrir tres veces a la semana con capacidad reducida. En mi caso mi capacidad es para 60 personas, 25 niños y el resto adultos, y solicité reabrir con un máximo de 10 o 20 personas. Aunque sea abrir para que los padres traigan a jugar a sus niños durante el día, y evitar los contactos estrechos entre personas que no convivan”, explicó Juan Carlos.
Él corrió con la suerte que no tuvieron otros de su mismo rubro. Cuando comenzó la cuarentena arregló con todos sus clientes que habían señado o pagado eventos, reprogramarlos cuando todo vuelva a la normalidad. Pero otros debieron devolver dinero. Incluso aseguró que algunos recibieron hasta amenazas.
El futuro en la ciudad sigue siendo incierto, pero si continua bajando la cantidad de casos activos hay una posibilidad de que puedan funcionar en grupos reducidos y cumpliendo con los protocolos sanitarios.
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