Tampoco se pueden celebrar cumpleaños o planear vacaciones. El turismo se quedó sin trenes, aviones ni micros de larga distancia y no hay una fecha clara para que los estudiantes regresen a las aulas.

Con el inicio del aislamiento obligatorio, los neuquinos nos acostumbramos a acomodar la agenda para comprar, trabajar y hacer trámites dentro de un horario restringido. Quienes estaban habituados a la vida nocturna debieron adaptarse a que todo cierra temprano.

Tras varias semanas de encierro estricto, en abril, volvieron algunos rubros laborales. Reabrieron corralones, consultorios, bancos y delivery. Después se sumaron las obras privadas, talleres, gimnasios, peluquerías y profesiones “liberales”, como los contadores y abogados.

Qué se puede hacer y qué no en Neuquén

En mayo, recuperamos las salidas recreativas, aunque hasta el día de hoy seguimos sin poder movernos los domingos. Fue un cambio rotundo, porque es el día que muchos destinaban a visitar a familiares y amigos o juntarse a comer asado.

Con los permisos para pasear, regresaron los restaurantes en formato take away, las tiendas de ropa y calzado, y las jugueterías. También dos rubros indispensables para sobrevivir a la cuarentena: los locales de informática y telefonía celular. Y, sin que nadie lo extrañara, volvió además el estacionamiento medido.

A partir de junio, pese al frío, se habilitaron los deportes al aire libre y los paseadores de perros. También volvieron las agencias de viaje y los artistas sin público, aunque en ambos casos no notaron mucho la diferencia.

Qué se puede hacer y qué no en Neuquén

En julio, reabrieron los shoppings sin “pasillo”, solo para comprar y salir, junto con las ferias y las mesas en los restaurantes. El plan era continuar con una reapertura gradual del turismo, pero quedó a medio camino. En agosto, se habilitaron los centros de esquí y alojamientos en microrregiones sin contagios, aunque pronto hubo que retroceder.

Poco después, para los nostálgicos del picadito de barrio, se aprobó el fútbol, pero en modalidad metegol, sin transpirar la camiseta.

Los eventos masivos siguen tan ausentes como en marzo. Voló el almanaque y con él se fueron decenas de fiestas populares, congresos, aniversarios, conciertos, estrenos y exposiciones, que quedarán pendientes para 2021.

Los cines, teatros, casinos y salas videojuegos también continúan vacíos. Lo mismo ocurre con los peloteros y salones de eventos. Quienes cumplían años o fijaron su boda para después de marzo debieron conformarse con una celebración virtual. Y no habrá abrazos ni brindis en mucho tiempo.

Qué se puede hacer y qué no en Neuquén

El Tren del Valle hoy sigue detenido, al igual que los aviones comerciales y micros de larga distancia. Los colectivos urbanos no se fueron del todo, pero funcionan a media máquina. Sin transporte, es difícil prever cuándo volverán las vacaciones.

Tampoco hay certezas en educación respecto de la vuelta a las clases presenciales. Las aulas se silenciaron de repente y los chicos se quedaron sin recreos ni amiguitos nuevos. Los más grandes perdieron sus festejos estudiantiles, el acto de colación y los campamentos. Hoy, cada cual hace la tarea en casa y sueña con ese sonido inconfundible del timbre que un día les anunciará el regreso a clases.

Fuente: LM neuquen