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17 de agosto de 2020

Esperan nuevos estudios por el caso del nene muerto en Plottier

Buscan establecer si, como dijeron sus padres, la ingesta de dióxido de cloro está relacionada. Hasta ahora el caso se investiga como muerte dudosa.

 Los resultados de los análisis clínicos y toxicológicos ordenados por la fiscalía de Homicidios de Neuquén serán los que determinen si el niño de 5 años que falleció el fin de semana en Plottier había ingerido previamente dióxido de cloro, como manifestaron sus padres en la consulta médica, después de que ingresará de urgencia al hospital

La fiscal a cargo de la investigación, Sandra Ruixo, ordenó los estudios luego de que se conociera el resultado de la autopsia practicada el sábado por la noche que determinó la causa del deceso como un “fallo multiorgánico”.

“Para tener mayores precisiones sobre qué lo produjo, desde el Ministerio Público Fiscal se encargaron estudios complementarios como análisis clínicos y toxicológicos de las muestras recolectadas”, se informó en un comunicado de prensa ayer.

Los estudios tienen como objetivo establecer si hay relación con la ingesta de dióxido de cloro -tal como expresaron sus familiares al ser entrevistados en el contexto de la investigación- y sus efectos tóxicos en el organismo del niño o bien si el fallecimiento se debió a otra causa (etiología).

El dióxido de cloro es promocionado por algunos sectores como un tratamiento para la covid-19, aunque sin ningún sustento científico. De hecho, su uso no está recomendado por las autoridades sanitarias del país ni está permitida su comercialización.

En la autopsia realizada el sábado en la Ciudad Judicial se le realizó un hisopado al niño para determinar la presencia del virus, pero el resultado fue negativo.

El caso es investigado, por el momento, como muerte dudosa. Ruixo ordenó el sábado el allanamiento de una vivienda en la zona de China Muerta donde vivía el niño con su familia, pero el procedimiento no habría arrojado resultados relevantes.

Según trascendió, no se encontró la sustancia que la madre y el padre del niño afirmaron haberle suministrado, aunque lo determinante será si, efectivamente, se detecta en el organismo del pequeño.

La representante del Ministerio Público Fiscal también ordenó entrevistar a un médico del hospital de Plottier, quien atendió al niño el sábado por la madrugada luego de que fuera trasladado por la familia.

Según indicó el jefe de Atención Médica del centro de salud, Rafael Palomino, el profesional que atendió la consulta le transmitió que la supuesta ingesta no habría sido accidental, sino suministrada por el padre y la madre. Según sus dichos, le habrían dado de tomar 700 mililitros de la sustancia que no está autorizada por la Anmat y cuya ingesta no está recomendada por el ministerio de Salud.

Advertencia extendida

El caso puso en alerta a las autoridades sanitarias de la provincia y del país. El ministerio de Salud de Neuquén emitió el sábado un comunicado de prensa informando la denuncia policial tras el hecho y reiterando la recomendación de no consumo de productos que contengan dióxido de cloro, clorito de sodio, hipoclorito de sodio o derivados.

También incorporó a sus partes diarios sobre coronavirus un documento que enumera los riesgos que genera la ingesta para las personas.

“El dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren, pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”, se informa.

 

Hasta el momento, el único indicio sobre la supuesta ingesta del niño es la afirmación realizada por la familia en el hospital de Plottier.

Los resultados de los estudios clínicos y toxicológicos son los que permitirán a la fiscal del caso tomar nuevas decisiones en el marco de la investigación penal iniciada. Por el momento, no hay personas imputadas o detenidas. En la investigación del caso interviene también el fiscal jefe Juan Agustín García.

QUÉ ES EL DIÓXIDO DE CLORO

• Qué es. El dióxido de cloro es un gas. El clorito sódico se usa para generarlo y el hipoclorito de sodio es conocido, ni más ni menos, como lavandina.

• Para qué se usa. Tiene un uso como blanqueador y para el tratamiento del agua (se suele vender para las piletas).

• Cuidados. Se debe usar barbijo para aplicarlo en superficies.

• Advertencia. El ministerio de Salud, la ANMAT y la OPS alertaron por los riesgos de ingerirlo.


 

Confusión en un momento de incertidumbre y angustia

 

Por Valeria Román*

La pandemia por el nuevo coronavirus ha sacado a la luz la limitada atención que aún se le brinda a la evidencia que aportan las ciencias para tomar decisiones que pueden afectar la salud y la vida. Desde febrero, se ha difundido el uso de productos que no han demostrado evidencia de que pueden ser eficaces para prevenir la enfermedad COVID-19 ni tratarla. Por el contrario, su consumo puede ser tóxico y producir daño. Los han promovido comunicadores e incluso profesionales de la salud con matrícula.

El dióxido de cloro se encuentra en ese grupo de productos que puede dañar a la salud, y que estaría asociado a la muerte del nene de 5 años de Plottier, en Neuquén, y a la de un hombre de 50 años en San Pedro, en Jujuy.

Antes de la pandemia, ya el dióxido de cloro y derivados fue parte de otras movidas que lo promocionaban como “suplemento mineral milagroso” para “curar” trastornos como autismo, la diabetes, el acné, el paludismo o malaria, el VIH y el cáncer. En 2016, la autoridad regulatoria de medicamentos ANMAT había advertido sobre el riesgo de su consumo, y el 4 de agosto pasado lo volvió a hacer. En este caso, para decir que el dióxido de cloro no cuenta con estudios que demuestren su eficacia para COVID-19. También emitió su advertencia la Organización Panamericana de la Salud (OPS) porque el mismo producto también se difunde en otros países de América Latina y el Caribe. Se alertó que el consumo puede causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, náuseas, vómitos y diarreas. Además, puede causar graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.

Lo llamativo es que las advertencias no alcanzan. Algunas personas terminan por creerle a gente que habla sin evidencia científica, como es el caso de la conductora de televisión, Viviana Canosa, quien tomó dióxido de cloro frente a la cámara, o el caso de legisladores de Bolivia que también lo impulsan como “tratamiento”. Esas voces lamentablemente ganan espacio en la agenda pública, erosionan las medidas sanitarias que sí funcionan (como el distanciamiento de dos metros, el uso del barbijo, el lavado frecuente de manos, y el aislamiento masivo) y ponen en jaque el derecho humano a la buena información, la salud y a la ciencia. Suman confusión en un momento de incertidumbre y angustia.

La clave para no caer en ofertas pseudocientíficas y perjudiciales podría estar en una mejor comprensión sobre cómo se sabe si un producto es eficaz y seguro, y en el empoderamiento de la comunidad para que pueda discernir y evitar caer en trampas de publicidades y personajes engañosos.

Fuente: Diario rio negro 

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