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REGIONALES

25 de enero de 2021

En Bariloche, el operativo de aplicación de la segunda dosis de la vacuna Sputnik V al personal de salud se desarrolló con total normalidad mostrando una gran confianza de los vacunados en el proceso preventivo.

El jefe del DAPA (Departamento de Actividades Programadas para el Área) del Hospital Zonal Bariloche, y referente de la vacunación contra el COVID-19, Víctor Parodi, expresó su satisfacción por la marcha de la campaña y explicó que en siete días vacunarán a 450 personas, exactamente las mismas que recibieron allí la primera dosis.

El jefe del DAPA (Departamento de Actividades Programadas para el Área) del Hospital Zonal Bariloche, y referente de la vacunación contra el COVID-19, Víctor Parodi, expresó su satisfacción por la marcha de la campaña y explicó que en siete días vacunarán a 450 personas, exactamente las mismas que recibieron allí la primera dosis.

El directivo indicó que entre la primera y la segunda dosis la gente pasó de la incertidumbre o el temor a la confianza, y creció la aceptación.

“Hay quienes no quieren dársela por miedo, incertidumbre o porque cree que le causará efectos adversos. Tuvimos cerca de un 7% de efectos secundarios leves, que no impiden la aplicación de la segunda dosis. De 4.367 aplicaciones de la primera dosis en Río Negro, sólo alrededor de 300 tuvieron efectos leves, un muy bajo porcentaje”, explicó.

Agregó que “en esos casos y en otros de resistencia, vemos que con las explicaciones acceden, salen de la incertidumbre o el miedo, y confían en la vacuna”.

Listados

La obligada presencia del receptor en las listas de la primera dosis para recibir la segunda, dio lugar a situaciones imprevistas para el personal a cargo de la vacunación.

Parodi indicó que se presentaron personas de Viedma u otros lugares de Río Negro, que habían recibido en su ciudad la primera dosis y llegaron a Bariloche en licencia. Al trabajar en el ámbito de la Salud Pública rionegrina entendían que podían completar la vacunación en Bariloche.

Otros venían de otras provincias en vacaciones con la misma situación: son médicos o enfermeros, trabajan en la primera línea del COVID-19, y deben vacunarse.

Incluso recibieron en el Hospital a empleados de sanatorios privados, cuyas entidades no los anotaron para la primera o segunda dosis. Asimismo personal de Bariloche que se dio una dosis y salió de viaje, considerando que se vacunarían al regresar.

“Algunos lo aceptaron y otros no. Algunos se ponen como si fuesen más prioritarios que otros. Pero a los fines de la población del hospital zonal y las listas de los sanatorios, todos se consideran prioritarios de COVID-19. Desde el médico terapista hasta mucama, gente de mantenimiento de equipos, camilleros. Hay equidad y los que no pueden vacunarse podrán hacerlo en sus lugares, hay tiempo para hacerlo”, señaló Parodi.

Agregó que “deben entender que no es un sistema médico hegemónico, todo el personal de salud es igual al momento de recibirla, tanto un médico en la primera línea del trabajo, como una mucama, un camillero y posteriormente llegará el turno del personal administrativo”.

Operativo preciso

No sólo la precisión debe estar en las listas, sino también en las tandas de personas que ingresan al consultorio para recibir la vacuna.

Las vacunas están en un refrigerador, separadas en paquetes y adentro envueltas en un elemento térmico especial.

Cada ampolla de la vacuna alcanza para cinco personas, por eso se van armando los grupos de a cinco y tienen que estar todos: “si el quinto se demora, por ejemplo, corremos el riesgo de perder dosis. Por eso armamos los grupos”, explicó el médico.

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