11 de octubre de 2024
Salió a comprar el desayuno y nunca volvió: tenía 16 años
La adolescente había desaparecido el martes pasado. La encontraron muerta, ahorcada.
Ser joven, en Argentina, ha vuelto a ser peligroso. La tasa de asesinatos y suicidio con víctimas jóvenes aumenta de manera preocupante. En las últimas horas, el caso de Mía Morena Zapata, 16 años, sacudió el mundo mediático: la chica había salido del trabajo para comprar el desayuno, el martes pasado, y nunca volvió. La encontraron muerta, ahorcada, y la Justicia no ha logrado todavía determinar si fue suicidio o femicidio: las dos hipótesis corren parejas.
El cadáver de Mía fue encontrado al costado de un puente en González Catán. El cuerpo no mostraba señales de violencia, tenía las ropas en perfecto estado, y esto llamó la atención de los investigadores, que supusieron un suicidio, extrema decisión que suele ser frecuente entre adolescentes. Pero los familiares rechazaron esa primera hipótesis, hablaron enseguida de femicidio, y señalaron a un vecino, como el culpable de pretender abusar de la chica, en un hecho ocurrido hace unos tres meses.
La causa de la muerte fue asfixia por ahorcamiento. En medio del hermetismo acerca de mayores datos que distinguen, lamentablemente, estos casos que arrastran el tabú social-institucional, las especulaciones crecieron. ¿El cuerpo fue encontrado colgado? ¿O estaba simplemente en el suelo?. Esto es muy importante para el esclarecimiento de lo que sucedió con Mía Morena Zapata: Puede indicar claramente si se quitó ella la vida o si alguien la ahorcó.
En un informe que data de 2019, la UNICEF informó que los casos de suicidio entre adolescentes de entre 15 y 19 años aumentaron al triple en los últimos 30 años. Más allá de las estadísticas, las noticias acerca de muertes de jóvenes por causas no naturales son cada vez más frecuentes. Persiste el tabú sobre la conveniencia o no de informar plenamente sobre estos hechos. Se recomienda, en ese sentido, poner énfasis en la multicausalidad, en la complejidad de los factores que pueden llevar a un adolescente a tomar esa drástica decisión.
Nada de esto importa ya para Mía Morena Zapata. Su nombre y su corta vida aumentarán una estadística, y dejarán una huella dolorosa en sus familiares y en quienes la conocieron. Y quedará, muy probablemente, un misterio profundo acerca de qué fue exactamente lo que sucedió.
FUENTE: Mejor Informado
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