La favela más famosa del cine vuelve a la pantalla, esta vez en forma de serie con "Ciudad de Dios: la lucha no para". Estrenada por la plataforma Max, la secuela del aclamado filme de 2002 no solo retoma el crudo realismo que hizo de la película un clásico, sino que también ofrece una visión más rica y matizada de la vida en la favela de Río de Janeiro.

Bajo la dirección de Aly Muritiba y con la producción ejecutiva de Andrea Barata Ribeiro, quien también estuvo detrás de la película original, la serie busca explorar los contrastes y complejidades de la vida en la favela, más allá de la violencia que predominó en la cinta original. "Queríamos alejarnos de la oscuridad que caracterizaba la película y mostrar también la cultura, la alegría y la sensualidad brasileña que coexisten en este entorno".

El regreso de Rocket, interpretado nuevamente por Alexandre Rodrigues, es uno de los elementos centrales de la serie. Ahora, veinte años después, Rocket evolucionó, llevando consigo las cicatrices de su pasado y una mirada más madura sobre su entorno. "Rocket es el hilo conductor que nos permite explorar la humanidad y la resiliencia en medio de la adversidad", comenta Rodrigues, subrayando que su personaje sigue siendo fundamental para narrar las historias que emergen de la favela.

La serie también reintroduce a personajes conocidos como Berenice (Roberta Rodrigues) y Bradock (Thiago Martins), mientras que incorpora nuevas figuras como Dayane, la hija de Rocket, y Barbantinho (Edson Oliveira), un joven con aspiraciones políticas. 

El primer episodio de "Ciudad de Dios: la lucha no para" capturó rápidamente la atención de los seguidores de la película original. La tensa confrontación entre Bradock, recién liberado de prisión, y Curió (Marcos Palmeira), el nuevo líder de la banda, establece un ambiente de suspenso que promete mantener a la audiencia al borde de sus asientos, al igual que lo hizo la película hace más de dos décadas.