15 de septiembre de 2020
Encontraron a la perrita Antonia y ya está en su casa junto a su familia
En medio del caos de la pandemia, las buenas noticias -por más pequeña que sean- también llegan. Es que Esther, una abuela cipoleña que padece de cáncer de colon, pudo reencontrarse con su perrita Antonia, que estaba perdida desde el jueves pasado y buscaban con desesperación junto a su nieto.
Todo comenzó el 10 de septiembre por la mañana, cuando notaron la ausencia de Antonia en su casa del barrio Arévalo. La familia comenzó a buscarla de manera desesperada por los alrededores, para -horas más tarde- comenzar a recorrer diferentes puntos de la ciudad con la esperanza de hallarla.
El nieto de Esther, Nicolás, pegó carteles por toda la localidad para que los vecinos estuvieran atentos, pero por dos días no hubo ningún tipo de novedad. No fue hasta el domingo que una vecina de la mujer, Aldana, realizó una publicación en Twitter en la que etiquetó a varios medios de comunicación para captar su atención y difundir aún más la búsqueda.
El mismo domingo por la noche, y tras las múltiples publicaciones de usuarios en las redes sociales, Esther y Nicolás recibieron una llamada que les llenó el corazón de alegría: una joven neuquina había encontrado a una perrita con las mismas características de Antonia. Tenía pelaje negro, una corbata blanca en el pecho y una uñita de cada pata de color blanco.
El mensaje de texto de Esther a LM Cipolletti advirtiendo sobre el hallazgo llegó minutos después de que ellos recibieran la emocionante noticia: "Encontramos a Antonia. Está en Neuquén, detrás del Walmart". Lo más reconfortante para la familia fue saber que, el tiempo que estuvo lejos de casa, a la perrita la cuidó y alimentó la misma joven que la encontró, por lo que no pasó hambre ni frío.
Sin embargo, no fue hasta el lunes por la tarde que se pudo concretar el encuentro, ya que la chica que le dio refugio salió de trabajar cerca de las 16, horario en el que Esther se subió a un taxi para ir a buscarla. "Desde que llegó a casa nuevamente estuvimos durmiendo la siesta porque estábamos muy cansadas", expresó, emocionada.
Si bien no saben cómo llegó a la localidad vecina, la abuela y su nieto creen que la perra podría haberla seguido cuando se subió ese mismo jueves a una unidad de la empresa Koko para ir al cardiólogo. "A pesar de sus cinco meses, debe haber seguido al micro y quedó a mitad de camino", expresó.
Una historia de amor
Esther, la dueña de Antonia, explicó que decidió traerla a su vida porque tenía planeado mudarse devuelta a su casa, la cual le había prestado a su hija hace un par de años, y quería la compañía incondicional de una mascota.
"La perrita apareció en la guardería y alojamiento que tiene mi hija en Ferri y, como estaba buscando adoptar, empezamos a criarla desde muy chiquita. Ya la habíamos vacunado, la desparasitamos y este mes le tocaba la segunda tanda. Como tiene cinco meses nada más, decidimos que íbamos a castrarla a los siete meses", expresó.
Desde el momento que Antonia llegó a la casa se convirtió, sin duda alguna, en la mejor amiga de Esther y su nieto, Nicolás, con quien vive actualmente. El amor que se produjo en la familia fue tanto que hasta la perrita dormía junto a ella, acurrucada y pegada a su espalda, como si buscara brindarle contención.
Cabe remarcar que la cipoleña, de 70 años, padece de cáncer de colon, es diabética, hipertensa y pasó por seis operaciones de rodilla, por lo que la compañía del animal se volvió indispensable para ella en tan solo cuestión de días desde el momento en que la adoptaron. Sus juegos, cariño y carácter la compraron desde el primer segundo que la vio y, por esa razón, hoy ocupa un gran lugar en su corazón.
Fuente: LM cipolletti
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