9 de octubre de 2020
Vecinos y policías evitaron usurpación de una vivienda
Una familia intentó ocupar una casa de las 112 Viviendas, pero la rápida reacción de los dueños, sus vecinos y la Policía evitó que pudieran instalarse. Luego de horas de tensión y discusiones, rodeados de agentes policiales y, especialmente, los vecinos de las víctimas, los usurpadores decidieron irse.
La vivienda se encontraba deshabitada en forma temporal. Hasta hace semanas, vivían allí la ex pareja y los hijos del dueño, Patricio, quien esperaba que terminaran la mudanza para volver a ocuparla.
Al parecer, la falta de movimiento fue advertida por un grupo de personas que ayer, alrededor de las 14, se metió a la casa, ubicada en Fray Santa María de Oro casi Circunvalación.
Llegaron con muebles, colchones y hasta una heladera, lo que llamó la atención de una vecina de los dueños, quien les consultó si la habían alquilado. Así, descubrieron que la habían usurpado y se activaron las cadenas de Whatsapp para evitar que la familia que había ingresado se instalara.
Patricio, el dueño, fue alertado un par de horas más tarde y de inmediato se dirigió a la vivienda. Intentó entrar, pero el portón estaba trabado, por lo que avisó a la Policía.
Frente a la casa, se reunieron casi todos los vecinos del barrio, decididos a evitar la intromisión. También llegaron una docena de agentes policiales, quienes iniciaron una mediación para evitar el desalojo por la fuerza.
"Yo tengo un comodato, me alquilaron la casa", repitió una de las dos mujeres mayores de edad desde el interior de la casa. También había dos niños. Sin embargo, la explicación y los papeles que exhibió no resultaron creíbles y funcionarios judiciales se sumaron a la negociación para que se fueran por su voluntad.
"La casa no fue alquilada. Estaban viviendo hasta hace poco la madre de mis hijos con ellos, pero se fueron a Allen. Yo esperaba que se llevara sus cosas para volver a vivir acá, si es mi casa", explicó Patricio. Y aseguró: "El comodato que mostraban tiene unas firmas truchas".
Tras un par de horas de discusión y con amenazas de represalias, las mujeres accedieron a retirarse. Los dueños de la casa ayudaron a sacar sus pertenencias y la Policía permitió cargar camas, mesa, colchones y hasta una heladera, a modo de flete, para garantizar que la casa fuera desalojada.
Fuente: LM cipolleti
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