15 de julio de 2024
El verdadero presentismo del que nadie habla
La dirigencia del sindicato docente hace que infinidad de neuquinos pierdan su presentismo. Los paros son un drama que no se agota en la educación.
Hace ya algunos días, la Legislatura neuquina aprobó una ley que puso en vigencia un incentivo. Establece que aquellos maestros que no superen las tres inasistencias justificadas por trimestre, cobrarán un adicional del 15% en sus haberes. Se trata de un premio. Es un plus que, de ningún modo, puede interpretarse como castigo. Pero, por esas cosas de la vida (y de las mezquindades políticas) alguien hizo que comenzara a llamárselo presentismo y así le siguen diciendo varios. No obstante, presentismo es otra cosa: es un componente (o ítem) salarial, que dejan de cobrar los que faltan. Eso sí es un castigo. Presentismo es el régimen que, desde la semana que acaba de terminar, correrá para los diputados.
En efecto, luego del incentivo para los docentes, los diputados neuquinos votaron un castigo para ellos mismos; y, desde ahora, aquellos que falten a las sesiones en el recinto o las reuniones de comisión, comenzarán a padecer podas en sus sueldos. No hay ingenuidad en esto. Esa ley fue en respuesta a la dirigencia del gremio docente ATEN que primero se opuso al beneficio para sus propios afiliados (de hecho, llamó a un paro contra el incentivo); y después desplegó chicanas contra los legisladores. Ahora quedaron expuestos.
La primera lectura es que, con el paro contra el incentivo, el sindicato perjudicará a sus propios afiliados que -si faltan de manera injustificada- quedarán al margen del adicional en sus sueldos. La otra lectura, la que hasta ahora nadie hacía, es que los paros docentes les hacen perder el (verdadero y auténtico) presentismo a los familiares de los alumnos.
Los docentes saben que con sus paros no sólo toman de rehenes a los estudiantes, sino que además les complican la vida a sus familiares. Los que no tienen a dónde llevar a sus niños (porque ATEN cierra las escuelas con candados) pierden el día de trabajo y pierden el presentismo; mientras que los que deben recorrer toda la ciudad en horarios pico para llevarlos a casa de los abuelos, llegan tarde. El impacto lo sufren en los bolsillos, en medio de este complejo presente económico. Por eso hay quienes acusan a la dirigencia de ATEN de hipócrita toda vez que habla de presentismo. La dirigencia sindical sabe que el próximo paro lo hará contra un sistema de premios, al que deliberadamente llama presentismo.
En el caso de los trabajadores informales, monotributistas, emprendedores o de pymes familiares el perjuicio que generan los paros docentes (muchas veces sin fundamentos o motivos medianamente razonables) es aún mayor, ya que directamente pierden la jornada de trabajo. Ese es el verdadero presentismo, el que la dirigencia del sindicato les hace perder a infinidad de trabajadores neuquinos.
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