9 de agosto de 2020
Enfermero y bombero, una vida dedicada a ayudar
No hay mayor vocación para Sebastián Solar que ayudar a la gente. Como enfermero del hospital de Cipolletti, asiste a heridos y enfermos. Como bombero voluntario del cuartel general, apaga la llama que prende en una casa o amenaza a una familia. Tiene 27 años y se siente muy afortunado de conjugar dos profesiones que le apasionan. “No hay nada más gratificante”, sostuvo en diálogo con el diario LM Cipolletti.
Desde que inició la pandemia de coronavirus, Sebastián no pudo volver al cuartel, para resguardar a sus compañeros y a la comunidad que asiste cada vez que son convocados para salvar vidas y bienes, como dice el lema de los bomberos.
Es que Sebastián trabaja en la trinchera de una guardia de emergencias, la del hospital Pedro Moguillansky, donde todos los días reciben casos sospechosos de COVID-19 que luego son positivos. Los números, comentó, van en aumento y el trabajo se ha intensificado mucho. Tampoco ayuda la actitud de la gente que no se cuida ni cuida al resto. “Es agobiante que no tomen conciencia del peligro al que nos exponemos todos”, dijo.
Era un niño cuando soñó con ser bombero algún día. Vivía en Punta Arenas (Chile) frente a un cuartel de bomberos voluntarios y los veía pasar con frecuencia arriba de los camiones. El día que cumplió 18 años se incorporó al servicio, y más tarde cruzó la cordillera para estudiar la carrera de Enfermería en la Universidad Nacional del Comahue.
En la primera línea de trinchera contra el coronavirus, desde marzo no puede cubrir turnos como bombero para no poner en riesgo al personal del servicio.Se vino en 2013, solo, pero con fuertes convicciones. Primero realizó el curso de aspirante para ingresar al cuartel de bomberos voluntarios de Cipolletti y, dos años después, comenzó sus estudios para ser enfermero.
“Hay que ser responsables y cuidarnos entre todos, porque acá no se salva nadie solo. El vecino con coronavirus tiene que cuidarse y pensar en todos”. Sebastián Solar. Enfermero del hospital y bombero voluntario“Soy bombero activo del cuartel de Cipolletti desde diciembre de 2013. Arranqué a estudiar en 2015. Me recibí en 2017, trabajé un año en Fundación Médica y en 2019 ingresé al hospital, donde trabajo en la guardia de emergencias, y me encuentra esta pandemia”, describió.
Está lejos de su país de origen y de toda su familia, pero aquí se encuentra muy bien, más allá del grado de exposición que tiene en la primera línea de batalla contra el coronavirus.
6 los años que lleva de servicio como bomberoCuando era niño, en Chile, vivía frente al cuartel y soñaba con convertirse en bombero. Apenas llegó a Cipolletti se anotó en el curso y en diciembre de 2013 se sumó al cuerpo.
“Hay que ser responsables y cuidarnos entre todos, porque nadie se salva solo. El vecino con coronavirus tiene que cuidarse, cuidar a su familia, a sus vecinos. No hay que pensar en uno, sino en todos. Yo entiendo que mucha gente perdió su trabajo y la está pasando muy mal, pero como comunidad podríamos trabajar en equipo para sobrellevar esta situación de mejor manera”, reflexionó.
Su doble vocación no viene de familia, pero con 27 años tiene la seguridad de no haber errado el camino. “Siempre sentí la vocación de servicio. En el cuartel salvamos vidas y bienes; y como enfermero, cuido a las personas holísticamente”, concluyó.
Fuente: LMcipolletti